-“De acuerdo, si la graduación de mis anteojos no cambió
¿por qué veo todo doble?”
-“Amiga iba yo caminando (sorbe las lágrimas) y la pierna se
me empezó a dormir, y se fue subiendo el adormecimiento (sollozo), y ya llego
hasta el abdomen, esta rígido desde el talón hasta casi el pecho y no sé qué
hacer”
-“Mamá, necesito un banco para poder bañarme, mis piernas ya
no me quieren sostener”
-“No quiero asustarte, pero ya no veo con el ojo izquierdo”
-“Me caí otra vez, lo bueno es que del lado derecho del
cuerpo no siento nada”
-“Pero vámonos despacito, la espalda me está matando”
Estas fueron algunas de las frases que mencioné antes de ser
diagnosticada. El miedo y la impotencia eran sentimientos cotidianos.
Después lo supe.
Un “ejército”
estaba atacando sin cuartel a “los aldeanos”
de la zona norte, estos no tuvieron ningún aviso, ninguna explicación y ninguna
defensa, estaban siendo masacrados. Ya había seis “zonas” brutalmente lastimadas, y la guerra no se detenía. Parecía
que todo el pueblo seria borrado. Pero una tarde, después de pensar que todo estaba
perdido, una oleada de “defensores”
llegó e hizo retroceder a “el ejército”.
“Los aldeanos” se sintieron
agradecidos de este cese al fuego y empezaron a levantar sus posesiones de
entre los escombros y a recuperar la vitalidad. Pero nada volvería a ser igual,
“el ejército” no se había rendido, no
se rendiría y seguiría atacando a cada oportunidad. Sin embargo “los defensores” dieron entrada a algo
más, ahora “los aldeanos” contaban con un arma defensiva, el “Prodigio de Lluvia Ardiente”, está era
fuego líquido que creaba una barrera constante entre “los aldeanos”
y “el
ejército”. El único detalle es que esté tendría que ingresar por
zonas externas centrales, “el área central”
tendría que pasar por un gran dolor diariamente al recibir este fuego líquido
que es el “Prodigio de Lluvia Ardiente”,
recorrería todo el camino hasta llegar a
la zona norte y protegería a “los aldeanos”.
Así ha sido desde entonces, “el ejército” sigue atacando a “los
aldeanos” cual si fueran enemigos mortales mientras estos se esconden
temerosos tras el “Prodigio de Lluvia
Ardiente” este se encuentra firme y constante, recibiendo un embate tras
otro, perdiendo algunas batallas, pero jamás la guerra.
Hoy este es su modo de vida, y el mío.
Protagonistas
Narradora- Andrea Espinosa
El Ejercito- Sistema Inmunológico
Los Aldeanos- Mielina del Sistema Nervioso
Las Zonas- Cerebro
Los Defensores- Metil Prednisolona
Prodigio de Lluvia Ardiente- Acetato de Glatiramer (Copaxone)
El Área Centra- Piernas, brazos, abdomen y glúteos
Fotografías por Christian Lomeli
Fotografías por Christian Lomeli